La estación es una puerta de llegada y salida de la ciudad, y como tal pertenece por derecho propio al listado de elementos urbanos monumentales. Su acogedora geometría elíptica flanqueada por las espirales de sus rampas, a modo de remolino espacial, constituirá un lugar común y de encuentro para los miles de pasajeros que la utilicen cada día. El espacio, la luz y la claridad de su funcionalidad recibirán y despedirán a los viajeros, proporcionando seguridad y confort a sus cuerpos y libertad a sus espíritus. La inserción en el contexto se efectuará con suma naturalidad hasta el punto de que nos parezca lógico y normal encontrarnos este gran volumen que, expresando claramente su función de estación intermodal, parezca a la vez el pabellón del parque, en el que los vecinos de El Prat y los forasteros se encuentren a gusto. El lenguaje formal se basa en geometrías maestras y esenciales, pero también sutiles, que darán lugar a espacios concatenados, secuenciales, ligados por un preciso código de opciones y de sorpresas; espacios de escueta y radical volumetría dotados de fuerte expresividad que facilitan una clara identificación de cada uno de los usos contenidos, que buscan siempre el contacto directo y natural entre la institución, la función que albergan y el hombre que la disfruta.
The station is a gateway for reaching and leaving from the city, and as such belongs by right on the list of urban monuments. Its welcoming elliptical geometry, flanked by spiralling ramps, make up a swirling space and serve as a meeting place for the thousands of passengers who use it every day. Space, light and clarity of functionality welcome and send off travellers, providing their bodies with security and comfort and their spirits with freedom.
The station is inserted into the environment very naturally, to the extent that it appears logical and normal to find ourselves in this large space, which clearly claims its role as a station interchange. It looks like a park pavilion where the residents of El Prat and outsiders alike will feel at home.
The formal language is based on masterful and essential yet subtle geometry, which results in a series of connected spaces linked by a precise code of options and surprises, areas with spare, radical yet highly expressive volumes which the facilitate clear identification of each of the uses within, always seeking direct and natural contact between the institution and the function that it serves as well as the users who enjoy it.